Durante el año 2017 se hicieron muchos arreglos en la casa Parroquial. Desde hacía años que la misma se encontraba muy deteriorada y por cuestiones económicas siempre se postergaban los arreglos. Durante el año 2016 fuimos testigos del pésimo estado del techo de la cocina. El mismo se venía abajo y parte de él estaba apoyado en un cielo raso con los peligros que ello implica. El año pasado, tras una evaluación del estado de la vivienda, el Padre Roberto y la Comisión de apoyo Parroquial decidieron comenzar con las refacciones. A medida que avanzaba el trabajo se tomaron decisiones ya que hubo que tirar paredes y remodelar la estructura de la casa.

En el lugar donde estaban el comedor y la cocina ahora es un solo salón en donde además se han cambiado cañerías, se pintaron paredes, se cambiaron vidrios y aberturas. En ese lugar ahora es una cocina comedor de dimensiones considerables y donde hay espacio para que pueda hacer las veces de sala de reuniones. Normalmente, para este tipo de ocasiones, se usaba la Sacristía.

Haciendo un poco de historia se puede decir que los trabajos en la casa Parroquial comenzaron en el mes de octubre de 2016 y se extendieron hasta Julio de 2017; ocasión en la cual nuestro pueblo recibió la visita del Obispo de la Diócesis de Río Cuarto, Monseñor Adolfo Uriona.

 Por aquellos días se trabajaba contra reloj para poder desocupar la habitación de huéspedes y así tener la posibilidad de alojar a la máxima autoridad de la Diócesis en la casa. En esa habitación estaba todo lo que iba en la cocina mientras se terminaba de hacer arreglos en el techo y de pintar los muros.

En el patio se derribó una pared para que diera espacio a una galería que se encuentra a la salida del comedor; ambos lugares están divididos por una puerta ventana de madera. En el mismo lugar se construyó un asador y al frente del mismo pero hacia el fondo quedó un depósito que se refaccionó y ahora se usa como lavadero.

En su momento el Padre Roberto contó que la mayoría de las aberturas fueron restauradas y llevadas a la madera original. Mientras otras tantas son nuevas y de muy buena calidad: “Por un tiempo podemos respirar tranquilos y olvidarnos de los arreglos en la casa”, había dicho el Padre Boby.

Los lugares en los que hubo que hacer el techo nuevo, se reemplazó el cemento por la chapa. Además se le hizo un cielo raso de durlock. En un primer momento se había evaluado hacer el techo del comedor nuevo, puesto que una oportunidad intentaron colocar un ventilador de techo y no se pudo por la debilidad de la estructura. Pero luego se determinó que era solo un lugar puntual del mismo y pudo ser arreglado. En cambio en la cocina hubo que hacer el techo nuevo porque mientras se quitaba el viejo cielo raso se venía abajo la estructura del mismo.

Tanto los materiales como el trabajo de albañilería fueron solventados con el dinero que se recauda de la Tómbola Parroquial. Evento que se hace una vez al año en el mes de noviembre.