Un vecino de Justiniano Posse, Gustavo Carranza, fue víctima de un robo millonario mientras se encontraba de vacaciones. Se trata de un hombre que se dedica a la reparación de artefactos eléctricos, entre ellos, televisores, ara lo cual tiene un taller en la casa.

El hecho sucedió durante la segunda quincena de marzo.

El escaso lugar en el taller hizo que tuviera acopiados, en el comedor y una habitación, televisores smarts que estaban para ser arreglados.

Mientras duró su estadía fuera de casa, autor ignorado (aunque no tanto, al decir del damnificado), ingresó por una ventana que da al patio, en varias oportunidades, sustrayendo al menos cinco de esos televisores, incluyendo un Smart LG de 43´´.

No le fue suficiente con estos aparatos y otros elementos, sino que se llevó hasta las milanesas que tenía Carranza en el frezzer.

En declaraciones en FM La Medialuna, el damnificado contó: “Me llevó más de cinco televisores. Como estuve tanto tiempo fuera de mi casa aprovechó para sacar cosas tipo hormiga. Sinceramente no sé como hizo. Sacó todo por arriba del techo. Estuve 18 días de vacaciones. Hasta milanesas me robó del frezzer. Yo tenía un juego de ollas de acero quirúrgico y un sartén cobreado que me había comprado y se llevó todo. Limpió con todo. Me llevó una licuadora que tenía sobre la mesada; una cámara de fotos Panasonic y una notebook que estaba arreglando mi hijo. A esa la recuperaron al igual que dos televisores. Pero me llevó también una caja de herramientas, una bomba de vacío que la había usado una sola vez. Quinientas lucas vale esa bomba”.

Gustavo Carranza expresó también su preocupación porque los televisores robados son de sus clientes que se lo habían llevado para que los arregle: “No sé como voy a hacer con eso. Además, no estoy seguro de cuantos me están faltando, ni me acuerdo cuales son. Un desastre me hizo. Lo raro es que con todos los antecedentes que tiene este chico, sigue en libertad y nadie le puede hacer nada. Es mayor de edad y está cansado de robar en Posse. Yo creo que entró durante todos los días que yo no estuve. Si me quedaba unos días más me vaciaba la casa. Y en la policía me dijeron que si no hay pruebas no pueden hacer nada”.

Se calcula que el total de lo robado asciende a un valor de más de tres millones de pesos.