OPINIÓN
21 de septiembre de 2025
LAS TORMENTAS GENERAN CADA VEZ MÁS PREOCUPACIÓN

POR INCONVENIENTES QUE SE PUEDEN PREVER Y RESOLVER CON ANTERIORIDAD

La lluvia caída el sábado por la tarde (71 mms.) causó alarma y preocupación en un sector de la población que se vio amenazada por los embates del agua. Muy puntualmente, vecinos de barrio Monterrey debieron acudir a los bomberos para buscar una solución a desagües tapados que provocaron un anegamiento muy importante sobre la calle Misiones.
La labor de los uniformados llevó un poco de tranquilidad, aunque la historia se repite con respecto a tormentas anteriores donde ha ocurrido lo mismo y las soluciones definitivas aún no han llegado y parecen difíciles de concretarse en el contexto actual.
La demora em la recolección de residuos y de malezas en los últimos meses, por un conflicto con los empleados municipales y el sindicato también hicieron lo suyo, ya que aún hay mucha basura en el pueblo que no hizo otra cosa que correr por las calles que desagotan la localidad. Fue así que se taparon las bocas de tormenta ocasionando ciertos riesgos en algunos sectores y poniendo en riesgo la seguridad de los vecinos.
Las tormentas son cada vez más parecidas a las que se dieron en el último sábado, por las razones y causas que sean, y es necesario que se organice un ámbito donde sea posible discutir -de manera seria y ordenada- las posibles soluciones.
Monte Maíz es un pueblo que ha crecido considerablemente en los últimos diez o quince años y esto ha generado también un cambio en la infraestructura que requiere de una revisión y adecuación constante. Es necesario analizar con urgencia los problemas que se van generando para poder encontrar soluciones.
Y esto depende no solo del comportamiento de los vecinos con respecto al tratamiento de los residuos, sino también de funcionarios que resuelvan las situaciones básicas para satisfacer las necesidades de la gente. El ordenamiento urbano no requiere solo del compromiso de los vecinos, sino también del control de ese ordenamiento; hoy casi inexistente.
Si esto no ocurre, y las medidas que deben tomarse no se concretan, corremos el riesgo de acrecentar estos inconvenientes que las tormentas están causando dentro de nuestra comunidad.
Y es necesario el reclamo porque no se trata de grandes obras, sino de tareas de mantenimiento que lo que único que requieren es la labor de los empleados y el control de los funcionarios. No parece ser tan difícil.