El fallecimiento de Carlos Timoteo Griguol (86), emblemático DT argentino, con una rica historia profesional en Rosario Central, Ferro Carril Oeste, River Plate y Gimnasia y Esgrima La Plata, repercutió en todo el ambiente futbolero y Monte Maíz no fue ajeno a ello.

Es que Daniel Fernández, Campeón del Fútbol Argentino con Ferro en 1984, lo tuvo como entrenador y gran maestro durante 9 años.

En declaraciones en Radio Línea lo recordó diciendo: “Yo estuve casi 9 años con Carlos (Griguol) y me dejó los mejores recuerdos que van más allá de lo futbolístico. Porque me dejó cosas como persona ya que era un ser humano extraordinario. Nos enseñó un montón de cosas. Yo creo que todos los chicos que lo tuvimos lo consideramos como un segundo padre. Porque más allá de las enseñanzas futbolísticas logró formar una familia en Ferro. Tan es así que pasados más de 30 años tenemos un grupo en donde somos más de 100 chicos que estamos todo el tiempo conectados y pendientes de todo lo que nos pasa. Por ejemplo cuando yo tuve un problema de salud estuve internado en Río Cuarto y algunos de los muchachos viajaron hasta allá para ver si yo necesitaba algo. Y todo eso fue mérito del “Viejo” (Carlos Griguol)”.

Contó que los logros deportivos llegaron por lo que él inculcaba como persona. Y eso repercutió también en lo deportivo. Cuando “Carpecho” (así lo conocen los muchachos de Ferro a Daniel Fernández) llegó a Ferro, Griguol era el DT de la Primera División y el Cai Aimar era el entrenador de la Reserva y ayudante de campo de Griguol en la Primera.

Al respecto Fernández contó: “Yo llegué en noviembre de 1982; recién había salido del Servicio Militar, y el segundo día de estar ahí voy al entrenamiento y el “Viejo” le pregunta al Cai Aimar: “¿Qué necesitás? (para formar el equipo y empezar el entrenamiento); “Un 9 o un 10”, le contestó. “Acá tenés uno” le dijo él y me mandó a mí. Yo ya había acordado jugar el torneo provincial con Recreativo de Laborde, pero luego de ese entrenamiento Griguol me pidió que me quedara aunque yo no me iba a poder incorporar a Ferro hasta marzo del ´83 porque los campeonatos se jugaban de marzo a diciembre. Yo en ese primer entrenamiento jugué contra la Primera y convertí un gol; ganamos 2 a 1. Y el Viejo me dice: “Quedate ahora, no te vayas”. Y yo le dije que no podía porque recién salía del servicio y le expliqué que yo venía de una familia humilde y tenía que trabajar para ayudarle a mi madre. Le conté también que había arreglado con un club para jugar un torneo y él me entendió. Pero me dijo: “Bueno, andá; pero en marzo volvé”. Y eso me quedó muy grabado porque esa era su visión de la vida. Siempre buscaba ayudarte y hacer lo mejor para los demás. Nos inculcaba que antes de comprar un auto nos teníamos que comprar un departamento por ejemplo. Porque cuando uno es joven lo primero que quiere es tener un 0 km. y él nos enseñaba cuales eran las prioridades para nosotros. Siempre nos decía: “Compren departamentos; inviertan. Los autos y las demás cosas pueden esperar”. Y por eso hoy, como tantos otros muchachos, soy un agradecido de haberlo tenido”.

Luego dijo que siempre tuvo un equipo de profesionales bien armado, con gente responsable y que tenían la virtud de saber cuando alguno de sus jugadores o de sus muchachos estaba mal o tenía algún problema: “Un día yo no estaba bien y el Viejo se acercó y me preguntó que me pasaba. Y le dije que no estaba bien porque hacía 5 meses que no veía a mi familia. Y me preguntó: “¿Por qué no la vé? Y le dije que era porque estaban a más de 500 kms. y nosotros jugábamos los domingos pero el martes ya teníamos que presentarnos a entrenar y había que viajar en el colectivo dependiendo de los horarios. O sea que no tenía muchas posibilidades de venir por el escaso tiempo que iba a pasar acá en mi casa. Entonces me dijo que me tomara una semana. Y yo le dije que no porque no iba a poder entrenar y el domingo no iba a jugar. Y él me dijo que me tomara esos días, que volviera el viernes y que si estaba bien iba a jugar igual. Así es que viajé y volví el viernes y cuando llegué él habló delante de todo el grupo y contó lo que me había pasado y por qué había estado ausente y el grupo no lo cuestionó. Y el domingo jugué de titular”, ilustró.

En la reflexión final. ante el fallecimiento de Griguol. dijo: “Con todo respeto a su familia y a la mía yo siempre digo que el Viejo fue como mi segundo padre. Porque me dio la posibilidad de formar una familia y de progresar futbolísticamente. Pero fundamentalmente me ayudo a progresar y a mejorar como persona. Y hoy le puedo transmitir un montón de cosas a los chicos que tengo a mi cargo de lo que aprendí con el Viejo. Yo siempre digo que él era como una enciclopedia; pero más de vida que de fútbol”, concluyó.