Hablamos con Keisy Montechiari, bióloga y actualmente Gerente General del tambo en Montechiari Agroindustria. Desde la localidad cordobesa de Monte Maíz, nos cuenta sobre su vida profesional, la historia familiar vinculada al campo y el desafío de trabajar de manera sustentable.

Keisy, los Montechiari tienen mucha historia en Monte Maíz y vos, formas parte de la tercera generación de trabajadores rurales en la familia. ¿Cómo fueron los inicios de esta tradición?

El gran pionero de todo esto fue mi abuelo y su hermano. Ellos empezaron con una pequeña cría de cerdos iniciando sus primeros pasos en el mundo agro-ganadero. Tiempo más tarde, cuando mi papá Rodolfo vuelve a Monte Maíz — se había ido a Córdoba capital a estudiar — , se incorpora a la empresa y junto con mi abuelo efectivizan una asociación.

¿Ahí es donde nacen los tambos?

Si. En los 90’ abren su primer tambo con algunas vacas de ordeño en un campo alquilado. 4 años más tarde agregan el segundo y además mi tío se suma a la empresa. A partir de ese momento dan un gran salto que es la adquisición de un campo propio, el mismo que tenemos al día de hoy y donde nació Montechiari Agroindustria.

Actualmente Keisy dedica su vida al campo, al tambo, a estar con los animales, cuidarlos y llevar adelante esta empresa familiar con tanta trayectoria. Sin embargo, no siempre estuvo 100% segura de que ese sería su lugar.

¿Cómo llegaste a donde estás hoy? ¿Cuál es tu vínculo con Monte Maíz?

Yo me fui a estudiar a Córdoba a los 17 y no tenía pensado volver al campo. A mi me gustaba mucho la genética, quería estudiar Ingeniería Genética pero es una carrera que en su momento estaba solo en Misiones. Un Ingeniero de Córdoba me recomendó que estudiara biología y me gustó la idea, así que lo hice en Córdoba capital.
Durante mis años de estudio realicé pasantías en distintas empresas y me seguí profesionalizando una vez recibida. También hice pasantías en el CONICET y en 2018 me surgió la posibilidad de iniciar prácticas en el exterior.

¡Qué bueno! Cuánto estudio. ¿Por dónde estuviste?

Primero fui a Estados Unidos. Resulta que en el tambo surgió la posibilidad de comprar los primeros robots de ordeño y así comenzó la construcción de un establo modelo (La Margarita) de 1500 vacas.
Estos robots son de la marca estadounidense Lely y a raíz de eso tuve la oportunidad de hacer pasantías en esa empresa y conocer todo el proceso de trabajo. Ahí trabajé en la parte de laboratorio, que me encantaba, ¡pero todavía no me convencía el campo! jaja.

¿De ahí seguiste viajando?

Si! Realicé una pasantía de 4 meses en Holanda y luego me enviaron a conocer distintos tambos en España, Alemania y otros países. Una experiencia increíble. Cuando terminé esta etapa finalmente noté que esto era lo que me gustaba. Me mudé automáticamente a Monte Maíz y empecé a trabajar en la empresa.

¡La vuelta al mundo para confirmar que tu gran pasión estuvo siempre ahí!

¡Totalmente! Algo que valoro muchísimo de mi papá y mamá es que siempre tanto a mi hermana como a mí nos permitieron estudiar lo que quisiéramos, sacándonos esa presión de tener que continuar con la empresa familiar. La mía fue una decisión muy personal y pensada.

Siempre recuerdo que mi abuelo antes de fallecer me dijo que si en algún momento quería entrar a la empresa, antes tenía que trabajar si o si en otro lugar, aprender a tener otro puesto y otros jefes que no sean mi familia. Le hice caso y fue un gran consejo.

¿Cómo se distribuye el trabajo en la empresa hoy? ¿Tus padres siguen involucrados?

Mi papá hoy está en la parte administrativa, los fines de semana visita el establo pero ya está más relajado. Del tambo estoy encargada hoy yo junto a la veterinaria que realiza la parte clínica.
En paralelo mi tío Fernando se encarga de la parte de agricultura en San Luis, donde también tenemos sede y mi mamá trabaja en la fábrica de lácteos.

TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN DE PUNTA A PUNTA

Montechiari Agroindustria es una empresa modelo a nivel nacional y latinoamericano. En ella se realiza el proceso de producción completo, desde criado y cuidado de animales, hasta obtención de materia prima y fabricación de lácteos que se comercializan en distintos puntos del país.
Con corta edad pero muchísima experiencia y capacitación, Keisy se desempeña como Gerente General de este tambo que es ejemplo para el mundo agro-ganadero.

¿Trabajan ustedes una producción pensando en el cuidado del ambiente?

En Latinoamérica somos 2 las empresas que trabajamos con los robots de ordeño Lely. La incorporación de tan importante tecnología e innovación permite pensar en una producción sustentable y atenta al cuidado del ambiente.
En Argentina son cada vez más las empresas que suman robots para el trabajo diario, es un mercado que está creciendo muchísimo.

¿Tiene esto que ver con una búsqueda general de cuidar cada vez más a los animales?

Si, claro. Esto es bueno tanto para el bienestar animal como para la mejora de los modos y horarios de trabajo del personal, un win-win, nos beneficiamos todos.

La historia de Keisy es super valiosa. Son cada vez más los y las jóvenes que apuestan a la profesionalización a través de la incursión de nuevas tecnologías, de nuevas ideas. Un avance muy positivo para el futuro del campo.

¿Además de tu trabajo en la empresa familiar, tenés algún proyecto propio?

Tengo mi propio laboratorio para hacer diagnóstico animal. Desde que volví a Monte Maíz tenía la idea de abrirlo y finalmente lo pude lograr este año con el apoyo de mi familia. Actualmente estoy realizando análisis para detección de tuberculosis por medio de la técnica Elisa, que sirve para la detección temprana de tuberculosis bovina. Trabajo tanto para nuestro tambo como para clientes externos. En un futuro espero incluir más técnicas y poder sumar nuevos tipos de diagnósticos.

FUENTE: mujeresencampaña.ar