Julio Acevedo fue uno de los fundadores de Bomberos de Monte Maíz conjuntamente con un grupo de jóvenes de nuestro pueblo.

Entre anécdotas, emociones y lágrimas contó como nació esta institución un 23 de abril de 1974. Una charla de café con José Vidal, quien fuera el primer Presidente y Jefe de Cuerpo Activo, y un incendio en un local comercial de la Sociedad Italiana, motivaron la conformación de la Fuerza.

Primero estuvieron en un galpón que más tarde fue el salón de Cultura; actualmente llamado Casa de la Historia y la Cultura del Bicentenario. Solo tenían unos tramos de manguera donados por el cuartel de Corral de Bustos y el camión regador de la municipalidad.

Pero muy pronto, y gracias a gestiones de estos jóvenes, con el Intendente de esos años, Hugo Ruffo, consiguieron el terreno en donde se levantó el cuartel. Lugar donde está hoy, la sede operativa de Bomberos.

Acevedo dijo en Radio Línea: “Estábamos con “Pepe” Vidal tomando un café en la sede de Lambert y me contó que había estado en Río Cuarto, en donde hubo un incendio y vio el trabajo de los bomberos. Vino preocupado porque acá no teníamos nada. Y al martes siguiente hubo un incendio en una zapatería que era del “gordo” Fernández en uno de los locales de la Sociedad Italiana. Se quemó prácticamente todo. Fue así que decidimos movilizarnos y crear el cuerpo de Bomberos de Monte Maíz. Nos fuimos a Corral de Bustos para que nos dieran algunas instrucciones sobre como trabajar y funcionar. Fuimos Pepe Vidal, Raúl Catelli y yo. Fuimos los tres fundadores de todo esto. Yo tenía 22 años pero había que largarnos en esto. En esa época muchos de nosotros eran menores de edad. Y como jóvenes que éramos cometimos algunos errores. Por ejemplo en la conformación de Comisión Directiva y cuerpo activo. El Presidente de la Comisión y el jefe era la misma persona. Y las designaciones de los demás cargos los hicimos a dedo. Entonces nos visitaron de la inspección de Sociedades Jurídicas y nos pidieron el libro de socios. Nosotros no teníamos nada. Nos dieron una semana para regularizar la situación. Yo siempre cuento también la anécdota de cuando le pedí un terreno a Ruffo, el Intendente. Y con justa razón, el dudaba de dármelo. Era entendible; porque el terreno era del pueblo, no era de él. Y yo era un empleado del correo. Pero de tanto molestarlo me los dio. Muy rápidamente hicimos el cuartel. La cara como piedra “jeteando” al pueblo. Y uno de mis secretarios, quien desgraciadamente falleció muy rápido, fue “Pirulo” Martino. Yo le decía, “andá con la nota a tal lado que ya pedimos todo” y él enseguida tenía la nota hecha y salía. Era una luz para hacer las cosas. Cuando tuvimos el cuartel levantado, techado y con el piso colocado lo fui a buscar a Ruffo para que lo vea. Y salimos. Yo en bici y él en su Torino. Tenía una alegría que lo habíamos hecho. Una alegría inmensa se llevó. Solo faltaba colocar el portón que estaba ahí a un costado”.

LA INAUGURACIÓN

A la inauguración asistieron todas las Regionales, las escuelas y las autoridades del pueblo: “Le comenté a Ruffo como iba a ser el acto pero le dije que había un problema. Y lo primero que me dijo fue: “plata no tengo”. Yo le dije que no necesitaba plata. Pero le expliqué la situación: “esos terrenos son cinco de 10 x 20 mts. cada uno. Usted me donó este terreno que está contra la casa de Montechiari. Y yo el cuartel se lo hice en este otro”. No quiero repetir lo que me dijo en ese momento porque no lo puedo decir por radio. Llegó el día de la inauguración y Mercado y Cacho Martín me preguntaban “¿Qué vas a decir?”. “Que se yo” les decía, algo me va a salir. Llegó la hora y agradecí la presencia de la Regional 8, de las escuelas, y de todos los presentes. Y dije que no teníamos que tenerles miedo a “los cucos”; que eran Marcos Juárez y Leones. En esa época ya eran “monstruos” ellos. Y lo dije porque yo estaba convencido de que a corto plazo los Bomberos Voluntarios de Monte Maíz íbamos a estar entre las tres primeras mejores instituciones de la regional. Y creo que no me equivoqué. Y eso lo dije en mi discurso. Y agregué: “para eso señor Intendente, vamos a necesitar también los tres terrenos contiguos que están acá”. Don Ruffo habló y dijo lo que tenía que decir. Que lo iba a pasar al Concejo al pedido. Eso dijo en público. Lo que me dijo después en privado no se puede repetir (risas)”, concluyó Acevedo.