Un gran susto se llevó la familia Alarcón el miércoles 23 de enero a la madrugada cuando el viento, durante la tormenta que se abatió sobre nuestra localidad, le llevó un sobretecho de chapa que habían colocado el fin de semana anterior.

Se trata de una vivienda de calle La Pampa al 1330 que tenía problemas en el techo ya que ingresaba agua cada vez que llovía. Como solución para el problema le colocaron un segundo techo, este de chapa, sobre el techo de loza tradicional. Debido a que sobresalía unos centímetros por sobre el techo de material, el fuerte viento del Oeste, lo embolsó y lo voló por sobre el tanque de agua sin dañarlo y lo depositó en el patio de una vecina, Raquel Rassol, cuyo frente de su vivienda da a calle Buenos Aires. El techo quedó como si fuera un toldo apoyado en dos sauces del patio de la vecina.

En declaraciones a Canal 2 Carlos Alarcón explicó: “Yo le di una mano a mi hija que se casó hace poco para que se hiciera una piecita acá. La casa es de la familia, no es mía. Y como es una casa que tiene problemas de humedad en el techo compramos unas chapas y le hicimos ese sobretecho. Para comprar las cosas me dio una mano mi cuñada. Puse unos perfiles  también. Y hacer todo esto me costó dos años más o menos. El sábado habíamos puesto las chapas. Lo curioso fue que el viento vino del Oeste, cosa que nunca sucede. Hubo un remolino que pasó y arrancó todo. Fue impresionante porque el techo hizo como una especie de “vuelta carnero”; porque lo arrancó de aquí, del lado de la vereda (del Oeste) y pasó por encima del tanque de agua sin tocarlo. Pasó por arriba de la casa de Vega y la de Ciciliani. Cuando el techo giró tocó las chapas del techo de Ciciliani y le hizo dos cortes. Además le voló la salida del termotanque y del extractor de aire. Y, finalmente, el techo cayó en la casa de mi prima, Raquel Rassol, encima de la quinta. Sobre dos sauces cayó y ahí quedó. Yo sentí el ruido que provocó todo porque fue un estruendo tremendo el que hizo para arrancarlo. El techo estaba bien hecho, amarrado y bien puesto pero contra el viento no se puede hacer nada a veces. Yo en ese momento salí afuera y vi donde había quedado el techo pero a esa hora con la tormenta que había no se podía hacer nada. A la mañana fuimos con mi yerno a buscarlo y lo rescatamos. Algunas chapas están buenas pero hay algunas que no sirven más porque están retorcidas”, concluyó.

Alarcón definió la situación como una desgracia con suerte ya que más allá de los destrozos materiales no hubo que lamentar personas lesionadas. Además, al ser un sobretecho, su familia no quedó al descubierto de la tormenta. Así mismo sufrieron el ingreso de algo de agua por el frente de la casa debido a que llovía desde el lado del Oeste pero no fue una situación tan grave como aparentaba serlo.