El dirigente montemaicino Gustavo Bordese (51), actual presidente del Club Atlético Lambert, fue el antepenúltimo presidente en ocupar ese cargo dentro de la mesa directiva de la Liga Beccar Varela. Se desempeñó entre 2014 y 2016, siendo el responsable de conducir la entidad tras la extensa gestión de Juan Ángel Bianco, a quien acompañó desde 2010 como vicepresidente 2° en un principio, y luego en el cargo de vicepresidente 1°. Durante su mandato se terminó la obra de la nueva sala de sesiones de consejo directivo en la sede de la liga en Pascanas. En lo deportivo, el seleccionado Sub 15 conquistó por primera vez el título provincial, al consagrarse campeón en 2014 en Embalse, bajo la conducción técnica de Daniel Rodríguez. En lo institucional marcó un hito al designar a María Libertad Pac en el cargo de secretaria, convirtiéndose en la primera mujer en integrar la mesa directiva. También fue vicepresidente de la Federación Cordobesa de Fútbol en la gestión de Luis Galán. De joven fue futbolista y llegó a jugar en la primera del Rojo de Monte Maíz. Su hijo Tomás, que también es delantero, levantó la copa de campeón siendo él presidente del club.

¿Practicaste algún deporte de joven?
Desde chico jugué al fútbol en Lambert, era delantero y a los 16 años debuté en primera división, de la mano del director técnico Julio Báez. En 1988 me fui a estudiar licenciatura en fisiología y fisioterapia a Córdoba, durante los dos primeros años me volvía a Monte Maíz los domingos para jugar, y alcancé a integrar el plantel campeón de la temporada 1990. Recuerdo que se jugaba por la recaudación. Después ya dejé porque nació mi hijo, Tomás, nos casamos en septiembre de 1995, y con mi esposa Mónica, éramos todavía estudiantes universitarios, ella estaba en quinto año de medicina y también dejó trunca la carrera, dedicándose luego a la docencia. Hoy, nuestra hija Antonella, está a punto de recibirse de médica.

¿En qué momento te acercaste a colaborar en Lambert?
Como familia retornamos a Monte Maíz en 2001 y mi inserción para colaborar en el club tiene una anécdota. Mi hijo se la pasaba jugando en casa de unos vecinos y un día cayó vestido con la camiseta de Argentino. Se la habían regalado y no se la quería sacar. Nosotros todos de Lambert y nunca se me había ocurrido comprarle una camiseta roja. Al otro día lo fui a ver a Jorge Aquino, que estaba al frente de la comisión del fútbol infantil, para que me consiguiera una camiseta de su talle. Con 5 años, Tomás empezó a ir a prácticas en Lambert. Yo como papá daba una mano y en 2004 me hice cargo de la conducción del infanto juvenil del club.

¿Desde cuándo nace tu vínculo con la liga?
Una vez que me comprometo de lleno con el fútbol infantil de Lambert, también lo hago como delegado en la liga en representación del club, hasta que en 2010 me convocan para integrar la mesa directiva, en el cargo de vicepresidente 2°. Al año siguiente, Walter Dárdano, que era el vicepresidente 1°, sale para asumir como presidente en Argentino. Me toco suplirlo y en el mandato siguiente, desde 2014 ya quedé como el vicepresidente de Bianco y presidente del infanto juvenil.

¿Cómo fue de trabajar en un club a asumir al frente del Departamento del Fútbol Infanto Juvenil de la liga?
Fue una responsabilidad muy grande pero a la vez un desafío muy lindo. Tuve el apoyo de los delegados, a quienes ya conocía del trato de esos años previos y eso me facilitó mucho las cosas. Siempre tuve una excelente relación con la mayoría de ellos y eso es lo lindo que te deja el fútbol, el trato con buena gente y hacer buenos amigos. Siempre se priorizó la participación de los seleccionados en el provincial de Embalse, que por entonces se jugaba en categorías sub 15 y sub 17. Conducir la liga en el área del infanto juvenil y el fútbol mayor, son cosas diferentes, y en el caso del fútbol infantil tiene de atrapante que es más integrador y formador.

Y dos años después aceptaste el desafío de presidir la liga.
Acepté ser el presidente de la liga porque en ese momento varios delegados me lo pidieron, era la oportunidad de ver si estaba preparado para semejante desafío. Después de un largo periodo de una década y media, Bianco daba un paso al costado y yo era su vicepresidente. Era un cambio grande y una responsabilidad terrible, en comparación con el infanto, en el fútbol mayor los intereses de los clubes son otros, pero la verdad que resultaron dos años de mucho aprendizaje. Siempre están las idas y vueltas, los intercambios de opiniones, aciertos y errores, pero fue muy positivo.

Te tocó estar al frente de la liga en el primer título del sub 15 en el provincial.
En mi primer año de gestión, en 2014, se logró un título histórico con la selección sub 15 en Embalse. Para la Liga Beccar Varela fue muy importante porque desde hacía años mucha gente y sucesivas gestiones venían trabajando para alcanzar ese título a nivel provincial, en varias oportunidades se había estado muy cerca, perdiendo incluso finales, y nos tocó a nosotros conseguirlo de la mano del cuerpo técnico encabezado por Daniel Rodríguez.

Su gestión quedó en la historia como la primera en incorporar a una mujer en la mesa directiva.
Cuando estábamos armando la nómina de la mesa directiva surgió el nombre de María Libertad Pac, ocupando el cargo de secretaria, y la verdad que fue un acierto por su desempeño, a la vez que un orgullo y satisfacción que por primera vez una mujer formara parte de la mesa directiva. Es además una persona preparada, instruida, abogada, y en mi gestión resultó de mucha ayuda, una excelente profesional y compañera.

También se pudo culminar con la obra de la nueva sala de sesiones.
Tuve en suerte que los clubes nos aprobaran el poder terminar la ampliación que se había iniciado en la gestión de Bianco, a quien invitamos esa noche para que le cortara las cintas a lo que había sido su proyecto, la nueva sala de reuniones de consejo directivo, un recinto amplio que era necesario, y que permitió además reorganizar los espacios del área administrativa para trabajar más cómodos.

¿Qué te dejó el paso como vicepresidente de la Federación Cordobesa de Fútbol?
Fue una gran satisfacción, un gusto y honor el acompañar a Luis Galán al frente de la entidad madre del fútbol provincial. En ese momento era uno de los dirigentes más jóvenes en integrar la mesa de la federación y resultó una grata experiencia de aprendizaje.

También te tocó lidiar con los contratiempos de las inundaciones.
Ya en el último año de gestión se inundó Idiazábal, y Monte Maíz también estaba complicado por el exceso de lluvias. Y si bien a partir del verano de 2016 se le hizo más complicado al nuevo presidente Demaría, por el prolongado corte de ruta entre Laborde y Pascanas, fue un momento difícil para organizar la práctica deportiva. En ese sentido destaco la buena predisposición de delegados y presidentes de los clubes para encontrar solución a los contratiempos, y amoldar la estructura del campeonato a esa situación regional atípica.

¿Por qué no te postulaste para un nuevo periodo al frente de la liga?
Suceden cosas en la vida personal y laboral, soy una persona que me brindo todo cuando estoy en un cargo, puedo tener virtudes y defectos, pero siempre lo hago con dedicación. Ya no podía hacerlo, cuestiones personales me impedían dedicarme a full y creo que también a las instituciones les hace bien el recambio, y que todos puedan tener la posibilidad de ocupar un cargo que tanto anhelan. Me pareció que lo más correcto en ese momento era postular a mi vice, Claudio Demaría. La Beccar Varela es una liga muy importante y prestigiosa, con demandas de los clubes, y hay que disponer del máximo de tiempo para dedicarle a eso. No quería fallarle a nadie y fue lo mejor hacer un paso al costado y que otra gente siguiera en la conducción.

Y después se dio la oportunidad de ser el presidente de Lambert.
Una vez que salí de la liga durante dos años no participé en nada, hasta que el 1 de enero de 2018, me hice cargo de la presidencia de Lambert. Llevo tres años, en marzo habrá asamblea, estamos trabajando para cerrar un ciclo y que ingrese un nuevo presidente con su comisión directiva. Los tiempos de la gente que me acompaña y propios ya no son los mismos, hemos dado todo pero hay otras demandas. En lo personal 2020 fue un año duro, falleció mi padre, mi madre también tiene problemas de salud y tengo otras demandas que atender de mi familia, esposa e hijos también, sin descuidar mi trabajo. Seguramente continuaré vinculado desde otro lugar en esa querida institución.

¿Qué representa tener un hijo futbolista?
Es una experiencia muy linda y como todo tiene momentos agradables y otros menos gratos. Momentos donde la familia acompaña y él disfruta porque le va bárbaro, y otros más tristes. Pero para mí es un orgullo tener un hijo que le gusta el fútbol, lo practica y disfruta. Haber tenido la oportunidad de jugar en un club de AFA como Belgrano, fue una experiencia enriquecedora para él como persona más allá de lo futbolístico. Como familia lo acompañamos lo que más pudimos. Creció mucho como persona durante ese proceso en Córdoba. Son cosas que te brinda la vida y hay que saber aprovecharlas. Que después retornara a Lambert y verlo campeón en primera división siendo yo el presidente del club, son vivencias, imágenes y sensaciones que duran para toda la vida. Máxime cuando uno hace el recuento de todo el recorrido de haberlo visto jugar y crecer desde las inferiores y reserva hasta la máxima categoría.

Una reflexión final de tu paso por la liga.
Soy un agradecido de todos los dirigentes de los clubes, los de ahora y los de antes. Por mi trabajo recorro la zona y en cada localidad puedo juntarme con ellos a tomar un café y mirarlos a la cara con honestidad, hemos construido una excelente relación, algunos con más afinidad que otros, pero siempre respetándonos. Esa es la parte linda del fútbol. Agradecido también de la gente con experiencia que me enseñó, ayudó a crecer y brindó consejos en esto de la dirigencia del fútbol, y de todos quienes me acompañaron en mi gestión, gente importante a quienes aprecio y valoro como Demaría, Gabriel Cáceres, Pac, Héctor Olguín, Luis Porporato, Néstor Tolosa, Sandro Massaro y Juan Manuel Deabate. Recuerdo también a Alberto Ambrosino, referente de la zona Oeste ya fallecido, que me apoyó para que fuera presidente de la liga. Lamentablemente a veces no se dispone del tiempo que quisiéramos para dedicarles a los clubes y la liga. Espero que los nuevos dirigentes sigan, hay que apoyarlos y es importante porque es un lugar en donde se construyen relaciones y amistades.

FUENTE: labeccar.com.ar