Un caso que ha conmocionado a la Opinión Pública de la región sucedió en la localidad de San José de La Esquina, Provincia de Santa Fe, cuando un vecino levantó en la ruta 92 a un joven que hacía dedo. Bajó en inmediaciones de un cementerio y no se supo nada más de él. Habló lo justo y necesario pero lo curioso es que ni bien bajó del vehículo el chofer comenzó a sentir olor a quemado. Bajó de la camioneta y no observó nada. Tampoco vio más al joven. Resultó que el olor venía desde el interior del vehículo. Cuando Pedro, el conductor en cuestión, observa la alfombra del acompañante notó que en la misma quedaron las huellas del muchacho y que estaba derretida con la marca de los pies de su pasajero. El hombre contó lo sucedido en “Resumen de Noticias” y expresó: “Traje a un tipo de Arteaga, me pidió que lo baje acá en el cruce. Yo salí desde la curva de Arteaga enderezando hacia San José y vi a un pibe de 17 años con vestidura de similares características a los estudiantes de la escuela Industrial. Me hace dedo, paro y lo cargo. Vinimos charlando algo; le pregunto si se bajaba en San José y me dijo que no. Me pidió que lo bajara en el cruce”, comenzó contando Pedro Peirone, quien realiza trabajos de perforaciones, aguada y construcción de pozos en la zona. En ese cruce hay un cementerio de un lado y una casa del otro donde vive un Sacerdote, el Padre Nardi. Pedro continuó con el relato diciendo: “Inmediatamente que se baja de la camioneta comienzo a sentir un olor a quemado espantoso. Como yo vengo medio asustado por los autos que se me queman me largué de la camioneta para ver si se me estaba quemando algún cable pero vi que todo estaba perfecto. En el momento que me bajo observo hacia un costado y veo que el tipo no estaba más. Pero yo me dediqué a revisar la chata para ver si no había algún desperfecto en el tablero pero no vi nada. Sin embargo, me encuentro con que la alfombra de goma del lado del acompañante estaba derretida y estaban marcadas las formas de los pies del tipo. Miro para el lado de la tierra del lado del que se había bajado este hombre y no quedaron rastros de que alguien se hubiera bajado de la camioneta. No se ven pisadas ni nada por el estilo. Luego subí a la camioneta di la vuelta y anduve por ahí para ver si veía algo pero no vi nada. Me encontré con los chicos de Arzuaga con los que estuve hablando y les conté lo que me había pasado. Obviamente que yo no estaba muy tranquilo. Ellos me pidieron que fuera a la Policía y eso hice.  Conté lo sucedido y radiqué la denuncia. El pibe no llevaba libros pero yo lo levanté porque pensé que era alguien que venía a rendir. En el viaje le pregunté si estudiaba y me dijo que no. Le pregunté también si iba a San José y me dijo que no; dijo que él me iba a avisar adonde se bajaba. Me dijo que era de Arteaga aunque yo no le pregunté el apellido; yo venía medio apurado porque me tenía que ir a Rosario. Venía preparando las cosas así que no le prestaba mucha atención. Para mí era una persona normal pero ahora no sé qué miércoles traje arriba de la camioneta. Lo único seguro es que la alfombra la quemó, la derritió y de ahí salía el olor que yo sentía. Habrá tenido mucha irradiación en el calzado, no sé. La verdad que no sé qué podría haber tenido. Pero es como una marca que dejó. Para que se sepa que alguien raro estuvo ahí arriba, no entiendo. Y ¿A quién le tocó? A Pedrito (risas)”, contó.

FUENTE: RESUMEN DE NOTICIAS - SAN JOSÉ DE LA ESQUINA