Un pequeño tatuaje en la zona de la ingle podría adquirir una importancia capital en la causa judicial por abuso sexual que el exmaestranza de una parroquia cordobesa –de Corral de Bustos- Mauricio Ruybal (38) le inició al sacerdote con el que convivió años atrás.

“Nunca antes se lo había visto, la única vez fue esa noche en el baño”, le contó Ruybal a la secretaria del fiscal de Instrucción Pedro Guerra en los Tribunales de Corral de Bustos.

Esa fue una de las preguntas puntuales a las que debió responder el viernes pasado el muchacho que provocó un tembladeral en la jerarquía eclesiástica cordobesa cuando denunció públicamente un presunto abuso sexual que durante años se mantuvo silenciado por la Iglesia y por la Justicia.

47 días después de la difusión de la investigación de Puntal, el fiscal Guerra citó a declarar a Ruybal, quien ratificó haber sido abusado sexualmente una noche de mayo de 2012 cuando el sacerdote con el que convivía en la parroquia San Roque de Corral de Bustos le propuso hacer una “cura de sueño” para superar una situación de angustia que Ruybal estaba viviendo.

El viernes pasado, “El chico del campanario”, como fue bautizado por los pobladores de Corral de Bustos, viajó a esa localidad desde Río Cuarto, donde vive actualmente. En su ampliación de la declaración que había formulado en el año 2014, Ruybal estuvo acompañado por el asesor letrado Hedelsio Luis Villarroel, quien actuó como abogado querellante.

“Pude contestar cosas que quizás antes se me hacía más difícil poner en palabras. Siento que di un paso más para que se allane el camino a la verdad”, confió Ruybal.

“Antes se tapó todo”

Lo primero que le dijeron es que iban a ir directo al hecho que el ayudante parroquial denunció y le pidieron que respondiera a preguntas concretas.

Una de esas preguntas fue si había visto antes el tatuaje que el sacerdote denunciado tendría en la zona de la ingle. “Les dije que el tatuaje no se veía a simple vista, que yo nunca antes se lo había visto hasta esa noche, cuando él me llevó al baño, sólo le había visto antes un tribal que él tiene tatuado en un pie”, comentó.

Además le preguntaron si entraban personas a la vivienda contigua a la parroquia, donde Ruybal vivía junto al sacerdote que lo habría abusado. “Contesté que sí, que entraban sacerdotes, pero también otros hombres que supuestamente iban a comprar cremas para masajes”.

Ruybal no tiene dudas de que, con el pretexto de ir a recibir masajes de parte del cura, esas personas en realidad mantenían sexo con el sacerdote.

Durante la declaración testimonial le mostraron un croquis del lugar del hecho denunciado. Allí, Ruybal les explicó a los investigadores en qué lugar de la vivienda dormía habitualmente él y cuál era la habitación que utilizaba el sacerdote. En ese último sitio, en una cama de una plaza, Ruybal contó que se despertó obnubilado, con el cura desnudo acostado detrás de él.

A pesar del estrés postraumático que padece, “El chico del campanario” pudo responder todas las preguntas que le formularon. “Pude expresarme bien, sólo les pedí una copa de agua en un momento porque al recordar me angustiaba otra vez”, precisó el denunciante.

Cuando finalizó su exposición, a Ruybal le leyeron lo que había declarado y firmó el escrito, siempre escoltado por su abogado.

Aunque rememorar el episodio lo angustia, sintió que la cita del viernes pasado fue diametralmente diferente a la primera vez que se animó a denunciar el caso en la Justicia. “Antes todo esto se tapó, ahora veo que realmente se abrió un expediente y se están moviendo. Me sentí bien tratado, con respeto. La secretaria del fiscal me dijo que se habían abocado a fondo a la causa para hacer Justicia”.

Ordenan pericias

La hoja de ruta de la causa indica que el paso siguiente serán las pericias psicológicas y psiquiátricas, tanto del denunciante como del sacerdote, que en la actualidad está a cargo de la parroquia San Pantaleón, de Río Cuarto.

Los exámenes podrían resultar determinantes para el desenlace de la investigación judicial y se harán después de la feria judicial.

La Fiscalía, a cargo de Guerra, ordenó que la pericia psiquiátrica de Ruybal se concrete el 5 de febrero de 2019, en el Departamento de Psiquiatría ubicado en el Palacio de Justicia II, de la ciudad de Córdoba. Una semana después, quien deberá acudir a ese sitio será el cura sospechado.

Uno y otro deberán hacerse también las pericias psicológicas que buscarán determinar los rasgos de personalidad ambos. Ruybal será sometido a esos estudios el 15 y 17 de abril en los consultorios anexos de Tribunales II, en Córdoba. El sacerdote, por su parte, tiene fijada esa pericia para los días 18, 19 y 20 de marzo del año entrante.

El mismo día que declaró, Ruybal propuso como perito de parte al psicólogo riocuartense Fernando Amaya, el profesional que lo atiende desde hace algunos meses y que lo ayudó a fortalecerse para dar a conocer públicamente lo que vivió durante el tiempo que trabajó como ayudante parroquial.

Así, un capítulo judicial que parecía destinado al archivo, logró nuevo impulso tras la difusión pública de un episodio que hoy está siendo seguido con atención por la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos en Argentina.

“Nos vamos acercando a la instancia final y quiero... necesito creer en la justicia terrenal”, concluyó en tono angustiado Mauricio Rubyal.

FUENTE: www.puntal.com.ar