CAMPO
3 de septiembre de 2020
LA LLUVIA SIEMPRE ES BIEN RECIBIDA
PESE A QUE PARA ALGUNAS ZONAS LLEGÓ TARDE PARA EL TRIGO, FUE PROPICIA PARA GENERAR LAS CONDICIONES DE SIEMBRA DEL MAÍZ
Muy bien recibida fue la lluvia del día de ayer en gran parte del sur provincial, fundamentalmente en nuestra región que había sido castigada por el clima con una larga sequía. Tan solo 5 mms. habían caído hasta la semana pasada desde los primeros días de marzo del corriente año.
En toda esta parte del sudeste cordobés la lluvia se precipitó durante toda la madrugada y la mañana del miércoles hasta pasado el mediodía con lo cual le dio tiempo suficiente al suelo para una absorción paulatina y efectiva.
El Ingeniero Agrónomo Gastón Fandiño dijo que “la lluvia debe ser siempre bien recibida porque si no sirve para el cultivo que está implantado en el momento servirá para el próximo. También fue útil para cortar un ciclo de alta presión que generalmente es el que se forma para que las nubes no colisiones y no se produzcan lluvia. En segundo lugar esta fue una lluvia de frecuencia larga y de baja intensidad; cayeron entre 20 y 30 mms. en toda la zona. Desde Corral de Bustos hasta Ucacha o hasta La Carlota y Monte Buey. La forma en la que llovió hace que la precipitación efectiva sea más alta. Ya que si llueven 30 mms. de golpe, el agua pega en el suelo, este no alcanza a drenar y el agua corre anegando los sectores más bajos. Por lo tanto, esta precipitación fue muy efectiva por las características ya mencionadas y porque cada milímetro caído ingresó en el suelo. Para los trigos que venían con una condición de regular a buena esta lluvia los posiciona con un posible rendimiento aceptable. Los que estaban muy degradados, de regulares a malos, lo que hizo esta lluvia es mantener ese rendimiento regular sin que se siga deteriorando. Y en gran parte de la zona esta lluvia habilita a la siembra de maíz de primera ya que estamos en un momento del año en el que los productores pueden empezar a sembrar”.
Por su parte, el Ing. Agrónomo Gabriel Pesaola coincidió en gran parte con la perspectiva anterior. Dijo que “para el trigo, en algunos casos, llegó en un momento muy apropiado; aunque en algunas zonas llegó un poco tarde porque se ha sembrado con malas condiciones de humedad. Y para el caso del maíz la lluvia propició el mejoramiento general de los perfiles de humedad superficial para la siembra. Al restar solo 8 o 10 días para el comienzo de la siembra de maíz la lluvia mejoró mucho el ánimo de los productores. También vino bien el milimetraje para la incorporación de los fertilizantes que se habían utilizado. Y fundamentalmente, influyó en el comportamiento de los productores ya que estos esperaban una lluvia de 8 a 10 milímetros y cayeron entre 30 y 40 en casi toda la región”.