En el Ministerio de Educación de la Provincia la decisión está tomada: apenas concluya su licencia, el sacerdote que está a cargo de un secundario de Banda Norte será apartado del colegio.

La medida tiene carácter preventivo, después de que el ex empleado de una parroquia señalara al cura como el responsable de un presunto abuso sexual.

Aclararon que no implica una sanción anticipada ni un prejuzgamiento del religioso que en 2013 fuera trasladado por el Obispado de la Villa de la Concepción desde una parroquia de Corral de Bustos a San Pantaleón de Río Cuarto.

“La Provincia resolverá, como lo hace en estas situaciones en las que prevalece el principio de inocencia”, comunicaron las autoridades educativas a este diario, en alusión a la denuncia pública que formulara Mauricio Ruybal.

El ex empleado de la parroquia San Roque de Corral de Bustos manifestó que en 2012, cuando convivía bajo el mismo techo con el sacerdote, sufrió una “cura de sueño” que habría consistido en un abuso bajo estado de inconsciencia.

Desde que el caso salió a la luz, el cura dejó de asistir al colegio que funciona al lado de la parroquia San Pantaléon, un secundario que es parte del Programa de Inclusión y Terminalidad educativa (PIT).

Ahora, el Ministerio de Educación afirmó que, una vez que finalice la licencia del coordinador del PIT, no volverá a las aulas y será asignado a una función que no implique el contacto con estudiantes.  “Se lo apartará de las funciones que venía realizando hasta el momento y será trasladado a un ámbito administrativo en el que no realizará tareas áulicas ni frente a alumnos hasta tanto se esclarezca su situación”, recalcaron.

El apartamiento ya se podría haber concretado, pero desde el Ministerio explicaron que, como la persona involucrada peticionó una licencia, se respetará el derecho que el coordinador tiene como trabajador y, una vez que concluya el lapso otorgado, se lo apartará de su función a cargo del PIT.

Crudo testimonio

El hecho fue ubicado en el tiempo en mayo de 2012, en la casa situada junto a la parroquia San Roque. En una extensa entrevista, Ruybal confió que ese día padecía una profunda depresión y, cuando le explicó al sacerdote que el motivo era el recuerdo de los abusos que había sufrido en su infancia, el religioso le propuso hacer una cura de sueño.

“Me dio algo de tomar, nunca supe qué, sólo sé que me despierto en el cama del sacerdote, casi a medianoche, voleado, con un sabor horrible en la boca y con el cuerpo todo pegajoso”, contó Ruybal. Agregó que, en medio de la noche, estaba acostado junto al cura en una cama de una plaza y los dos desnudos. “No entiendo nada, tengo el cuerpo sucio, estoy desnudo y siento un olor nauseabundo. ‘¿Qué me pasa?’, digo y el cura me contesta: ‘Quedate tranquilo, soy yo’. Está acostado detrás de mí, desnudo, su cuerpo contra mi cuerpo”, relató.

Tras la difusión del caso, Puntal mantuvo el martes un breve contacto con el sacerdote de San Pantaleón en el que se mostró cauto y expectante: “Lo mejor es esperar que se expidan las autoridades competentes”, precisó.

Alejandro Fara.  Redacción Puntal