Carolina Ferreyra estuvo en los estudios de Radiolínea donde contó sobre su denuncia por abuso sexual contra el actual Intendente de Serrano, Gabriel Rodríguez Martina. Ahora ex Sacerdote ya que presentó su renuncia como tal en el mes de marzo del corriente año luego de que el Obispo de la Diócesis de Río Cuarto, Monseñor Adolfo Uriona, le negara la renovación de su licencia para volver a ser candidato a Intendente.

Tal renuncia fue aceptada por el Vaticano y eso trajo aparejado la suspensión de un Proceso Canónico, Penal y Administrativo que se había iniciado por causa de la denuncia de Ferreyra. La denunciante reiteró que se trata de un hecho que sucedió en el año 1999 y que no tuvo lugar en Monte Maíz sino en otro lugar que no especificó.

Martina estuvo en nuestra localidad a fines de la década del ´90 cuando era Diácono. Luego del hecho, Carolina Ferreyra hizo la denuncia en ese mismo año, 1999, ante la Diócesis de Río Cuarto. Ante la falta de respuesta reiteró la denuncia en el año 2000; esta vez en el Obispado General de Córdoba, con el responsable de Derecho Canónico aunque tampoco obtuvo respuesta alguna sobre el caso.

El año pasado decidió hacer pública esta denuncia y el hecho trascendió las fronteras de nuestra localidad para instalarse en los principales Medios de Córdoba y del país: “Al hacer pública la denuncia la Iglesia tomó el caso y me pidió que envíe la carta que ya había enviado en otras oportunidades. La misma fue entregada en manos del Obispo (Adolfo) Uriona  el 11 de febrero de 2018 en la Parroquia de Monte Maíz. Así fue como el 14 del mismo mes vino el Vicario general del Obispado de Río Cuarto con un Notario de la Iglesia y me hicieron una entrevista aquí en la Parroquia (duró dos horas y media). Yo llevé una persona de mi confianza como testigo y cuando entregué la Carta pedí una copia como constancia de que había sido recibida”, contó Carolina.

En defensa de los recaudos que tomó con respecto a la entrega de la Carta y su acompañante para la entrevista explicó que lo hizo para que quede constancia de todo ya que, en otras oportunidades entregó la misma carta y se entrevistó con autoridades eclesiásticas aunque la Documentación no se encuentra y nadie se acuerda de las entrevistas, o nadie conoce a quien hizo las mismas.

Luego de esto, la Iglesia inició un Proceso interno de investigación: “Ellos le llaman Investigación previa. Me pidieron un listado de testigos cuando cualquiera sabe que en un hecho de estas características no puede haber testigos. Es decir, los abusos no se producen delante de otras personas. Sin embargo hay testigos como por ejemplo, Terapeutas que me han atendido; psicólogos; amigos o familiares a quienes yo les he comentado el episodio, etc. Pero, ningún testigo de los que yo presenté ha sido convocado o indagado por la Iglesia. A mí no me han hecho ningún Test Psicológico ni nada por el estilo. La Iglesia me convocó nuevamente en agosto o setiembre del año pasado pero yo pedí una prórroga porque no me encontraba bien psicológicamente. En el mes de marzo de este año yo me encontraba en Córdoba y me puse en contacto con las autoridades eclesiásticas para reunirme con ellos y nos juntamos. Pero solo me dieron una notificación; que si hubiera sabido que ese era el motivo del llamado yo hubiera ido en agosto pasado. Allí me entregaron la Carta del vaticano que publiqué en Facebook en donde me dicen que lo descripto por mí era “creíble y grave”. Esta notificación no me generó muchos cambios porque yo describí lo que me pasó. Y el Vaticano me dice que es “creíble” pero no me dice que es “verdad”. A partir de esto iba a comenzar un Juicio Canónico, Penal y Administrativo –que es posterior a la instancia de investigación interna- donde seguramente nos íbamos a cruzar nuevamente con este señor (Gabriel Rodríguez Martina). En esa última reunión me confirmaron que él también se iba a presentar en este Proceso. Y otra mujer, que también lo denunció, recibió la misma notificación que yo”, explicó.

En el mes de abril Ferreyra envió un email preguntando como iba a continuar el Proceso y la Iglesia respondió que estaban esperando indicaciones de la Santa Sede. En mayo escribió dos veces más y recibió las mismas respuestas. Y el 13 de junio, la víctima de este hecho, recibió una llamada del Vicario General de Río Cuarto en donde le informó que El Vaticano había aceptado la renuncia del Sacerdote en cuestión. Y al no pertenecer más al Clero el proceso que se iba a iniciar quedó sin efecto.

Carolina expresó que se sorprendió por el hecho de que la Iglesia nunca la notificó, ni a ella ni a la otra denunciante, sobre la decisión de Martina de renunciar al Sacerdocio: “Si nos hubieran informado sobre esta situación, nosotras teníamos el derecho de apelar esa renuncia. Yo creo que tenía ese derecho de decirle al Vaticano que no le acepte la renuncia. Y que en todo caso, que el señor se presente a ese proceso y sea la Iglesia quien decida si este señor podía seguir siendo Sacerdote o no. Porque este señor estaba dentro de un Proceso de investigación en la Iglesia. Y esto, la renuncia, fue un alivio para la Institución porque se sacó el problema de encima. Esa estrategia de la Institución, de lavarse las manos, a mí sí me molesta. Porque ellos siempre resguardan al Clero. Y la Iglesia no la conforma solo el Clero. La forman todos los feligreses. Y la Institución debería cuidar a ese todo y no solo a la parte que le interesa resguardar” concluyó.

Carolina intenta sobrellevar la situación aunque no le resulta nada fácil. Actualmente está en contacto con la Red Argentina de Sobrevivientes de Abuso Sexual del Clero para asesorarse sobre una posible denuncia Penal en contra del ex Sacerdote. Aunque no cree que esto le traiga demasiado alivio. La justicia sobre este caso para ella sería poder borrar lo que pasó y eso es humanamente imposible.

FUENTE: NOTA EN RADIOLÍNEA