Sergio Rodríguez, Veterano de Guerra de nuestra localidad, hizo sus estudios primarios en la escuela José de San Martín y el secundario en el Instituto Sagrado Corazón. Pero se encuentra radicado en la ciudad de Buenos Aires desde el año 1981.

Durante la guerra de Malvinas fue gravemente herido por un mortero. Fue atendido por el enemigo y luego se recuperó en territorio nacional. Estuvo presente en el acto del sábado a la mañana y al finalizar el mismo habló con ZONA DE NOTICIAS:

“Me tocó ir a las Islas, desembarcar aquel 2 de abril y luego estuvimos en Darwin. El 28 de mayo (de 1982) entramos en combate en el que fui herido. Pero gracias a Dios pude recuperarme y aquí estoy. Yo recibí un morterazo y todavía tengo algunas esquirlas en la parte lumbar. Tuve dos operaciones inglesas en el Hospital de campaña de San Carlos y luego me trasladaron en los buques argentinos hasta el Hospital Naval Puerto Belgrano en el que estuve casi seis meses para que me hicieran todas las operaciones. La verdad que muchos médicos se unieron para salvar vidas inglesas y argentinas. Después de ese combate que fue muy cruento; casi de 5 horas, y en el cual hubo muchas bajas, fue muy buena la atención que recibimos los heridos de ambos bandos. Yo pertenecía al Regimiento de Infantería 25 e íbamos en una sección de reserva. Tomamos Puerto Argentino a la mañana y al mediodía desembarcamos. Nuestra misión era tomar Darwin y a partir del 4 de abril estuvimos en un colegio en Pradera del Ganzo. El combate con el que empieza la guerra el 1° de mayo nos encontró en ese lugar y después ya ocupamos posiciones en las trincheras que habíamos construido y el 28 de mayo fue cuando entramos en combate con el grupo de paracaidistas. Yo fui herido esa mañana del 28 de mayo y mis compañeros me habían puesto en una chapa y recuerdo más o menos algo hasta las 3 de la mañana. Ya después no me acuerdo más. Me evacúan los ingleses en helicóptero y me hacen las primeras dos operaciones y me salvan la vida, obviamente. Fue un combate muy difícil porque no conocíamos ese lugar. Cuando me hieren yo siento un gran ardor en la entrepierna y en la columna. Y ahí reaccioné y me fui arrastrando hasta la posición y llegué hasta un pozo, que eso me permitió sobrevivir a lo que fue el combate”.

MALVINAS LUEGODE 40 AÑOS

“Es muy fuerte lo que siento hoy. 40 años han pasado y es una trayectoria en mi vida en la que tuve la suerte de poder recuperarme físicamente y psíquicamente, Porque el stress post traumático después de haber participado en un conflicto es bastante complicado. La reinserción en la sociedad es difícil pero yo tuve la oportunidad de ingresar a una institución como lo es el Banco Nación, en el cual trabajé hasta el año 2019 y me retiré como asesor del Vicepresidente y pude completar además mis estudios universitarios. Y estoy eternamente agradecido a Monte Maíz y muy especialmente a la familia Morel Vulliéz. Me provoca mucho orgullo mi pueblo. Porque yo empecé a trabajar con la señora de Conrado Morel; les hacía los mandados. Y ellos fueron los que me dieron los libros para completar mi secundaria. Por eso les estoy eternamente agradecido a esa familia y a todo el pueblo. Por eso digo que 40 años significan un camino recorrido, un sentimiento de orgullo y dolor porque todavía nos falta que la gente conozca los momentos vividos por los soldados. Necesitamos que haya concientización de lo que fue Malvinas. Porque esto es algo que nos une por sobre todo. Y lo que yo creo que nos falta para poder recuperar Malvinas es estar a la altura. Seguir profundizando cada vez más lo que fue la educación. Creo que eso no puede dar un gran salto para poder negociar de par en par. Porque hasta en la guerra es muy importante la educación”.

Contó finalmente que cuando volvió de la guerra estaba todo el pueblo esperándolo pero no todos los soldados tuvieron la misma suerte. Y fueron muchos años de lucha para obtener alguna reivindicación como la obtención de una Obra Social y un reconocimiento a los Veteranos de Guerra. Y destacó también que él pudo tener una familia pero muchos lo perdieron todo. Y la lucha todavía continúa para tener una vida mejor.

En el año2019 pudo volver a las Islas y allí rindió homenaje al Teniente Estevez, su jefe que murió casi en sus brazos: a Fabricio Carrascul de Hernando; a Horacio Giraudo también de Hernando; al Cabo Castro quien también murió muy cerca de su posición y al soldado y compañero que llevaba los valijines de sus ametralladoras, Armando Zavala: “Fue muy emocionante, muy movilizador y muy sanador. Tenía ese prurito en si iba o no iba. Pero afortunadamente fue muy sanador. Y ahora es agradecimiento lo que siento por esa decisión”, concluyó.