ACTIVIDAD EMPRESARIAL
12 de septiembre de 2022
TAMBO DE MONTECHIARI EN LAS PÁGINAS DE CLARÍN
DESTACA EL TRABAJO Y SU PRODUCCIÓN
Manejo, tecnología y agregado de valor. Esos son los tres pilares de la empresa familiar de los Montechiari , situada en la localidad cordobesa de Monte Maíz, para alcanzar la importante producción de leche por vaca en sus tambos.
La empresa pasó de un sistema pastoril a uno confinado con una dieta acorde y apostando al bienestar del animal y a la robotización del ordeñe. Y llegan con productos elaborados a supermercados de Córdoba desde su fábrica. Además, producen agricultura y parte de la producción la utilizan como alimento para los animales tanto en campos propios y alquilados. Recientemente, sumaron un campo con riego en San Luis.
Rodolfo Montechiari es el gerente general de la firma. En 2018 se sumó su hija Keisy tras recibirse de bióloga y hacer experiencia en otros países, y ahora, gerencia los tambos. Además, Silvina Priori -esposa de Rodolfo y mamá de Keisy- es la encargada de la fábrica. En el tambo trabajan 30 personas, 5 en la actividad agrícola y 15 en la fábrica.
La historia de la empresa de la familia comenzó en 1960 con una sociedad entre los hermanos Eugenio y Daniel (padre de Rodolfo) Montechiari. Comenzaron a producir cerdos, invernada y agricultura en campos alquilados. Muchos años después, precisamente en 1988, se sumó Rodolfo, y su padre le propone que inicie la actividad lechera.
A partir de ese momento comenzó la empresa a ligarse a la actividad y nunca más la dejaron. El primer tambo lo llamaron “Indio Muerto”. Estaba instalada en un campo alquilado.
En 1991 se separaron Eugenio y Daniel, los que iniciaron hace más de 60 años el emprendimiento. Eugenio se quedó con la parte de agricultura y Daniel con la parte de ganadería. Ante esta división, Rodolfo apuesta a la ganadería. En 1994, abren el segundo tambo "San Miguel". No se quedaron solo con esto y decidieron abrir un tercer tambo en 1998 en "La Margarita", un campo de más de 200 hectáreas que compraron en ese momento y que ahora están buscando concentrar allí todas las actividades, ya con Fernando, el hermano de Rodolfo, incorporado a la sociedad.
Y mirando cómo agregarle valor a la leche que producían, fue que decidieron en 1999 armar una sociedad con otro tambero de la zona y alquilaron una fábrica de lácteos, situada en Laborde.
Sistema de producción
Al principio, todos los animales estaban bajo un sistema pastoril, pero luego pasaron al sistema dry-lot, encerrando todos los rodeos. A esta decisión se le sumó la de ampliar el establecimiento "La Margarita" y cerrar los demás tambos para concentrar la actividad en un solo lugar.
Y fue tras una grave inundación, pasaron directamente que pasaron a un free stall (estabulación libre) bajo galpón con la dieta totalmente mezclada (TMR, por sus siglas en inglés).
Keisy recordó la dramática situación que vivieron aquel año. Según contó, pasaban la leche obtenida de uno de los tambos aislados con un caño de 100 metros de largo y con una lancha para no tirar leche. “Cuando están los animales bajo lluvia, con barro, la producción baja, se pueden enfermar, tener problemas de mastitis, entre otras adversidades”, apuntó.
Como fue en sus inicios, la familia no se quedó con lo que tenía y buscaron seguir eficientizando la producción lechera. Y viajaron a Estados Unidos, Brasil, Uruguay, entre otros países, para conocer diferentes tipos de galpones.
Y fue en un viaje a Brasil que a Rodolfo le cambió la cabeza por cómo se producía y el agregado de eficiencia que aportaban los robots de ordeñe. “Hay que ir al sistema de robot que es lo que apunta el mundo", dijo.
Pensaban que esta tecnología estaba apuntado a Europa, que trabajan productores más chicos en el tambo. Y en el viaje a Brasil observaron en un tambo, que era de dimensiones muy grandes, había robots que solucionaba muchas cuestiones técnicas Así que ante tantas ventajas que vieron del robot, agrandaron en 2017 el galpón 20 metros más para poner robots. Fueron 8 en total y ahora ya compraron el noveno. A su vez, compraron los alimentadores automáticos para hacer la guachera bajo el establo.
Todo esto tiene resultados más que interesantes a la hora de la obtención de leche. Las vacas que están dentro del galpón producen 40 litros de promedio y en el dry-lot, 38 litros.
“La máxima diferencia y ventaja que tenemos es en la parte reproductiva. La tasa de preñez anual en promedio en establo da 30% y en el drylot, 24%”, apuntó.
En producción la empresa tiene 1.100 vacas: 470 animales que se ordeñan en el establo con un sistema de compost y los 8 robos de ordeñe, y otras 630 que se ordeñan en un tambo convencional con 3 ordeñes diarios.
En total, producen 19.000 litros diarios en la parte de robot y en el otro tambo, 22.000 litros. Parte de la producción la venden afuera y la otra parte la usan para elaborar sus propios productos en la fábrica.
Con relación a la dieta de los animales, es totalmente mezclada. Se alimentan de una premezcla inicial con harina, expeller y cascarilla de soja, burlanda seca, semillas de algodón y sales.
Luego, para cada lote específico, se le agrega a esa premezcla silo de maíz, silo de moha, paja de trigo, silo de alfalfa, raygrass y de vicia. Los animales que están en el dry-lot (está afuera) comen dos veces, una por la mañana y otra por la tarde. Y adentro dele establo, le dan una sola vez de comer a la mañana y después pasa un robot (Yuno) que pasa 8 veces al día (según el seteo) para darle de comer continuamente.
A propósito, Rodolfo aseguró que los subproductos como harina, cáscara o expeller de soja ya aumentaron al mismo ritmo que aumentó la soja ante el nuevo tipo de cambio de la oleaginosa a 200 pesos. “Si bien después el Gobierno salió a decir que el dólar de 200 pesos no debe afectar ni los alquileres ni la compra de insumos para la alimentación animal, ¿quién va a regular la soja que va a una planta que hace harina o que va a la exportación? Los precios que tienen son a 200 pesos”, explicó.
Otro punto donde hace foco la empresa es en el bienestar animal. La familia construyó un galpón para el alojamiento de vaquillonas y vacas, con una cama de compost. En dichos establos tienen la ventilación necesaria para asegurar que las vacas no sufran calor, y en la línea de comederos instalaron un sistema de aspersores para mojar las vacas y asegurar que se refresquen, especialmente en verano cuando las temperaturas suben.
“Con este sistema de robots buscamos que el animal esté tranquilo y que decida cuándo va a ordeñarse y lo haga a demanda, sin ningún horario preestablecido ni requerimiento alguno. Puede estar en el compost recostado. Si quiere comer, lo puede hacer, es libre.Tratas de dejarlo lo más solo posible”, contó. Y agregó que "la rutina la hacemos a la mana para que a al tarde estén tranquilos, en silencio.
Los animales que están en dry-lot tienen una rutina de mantenimiento de dos veces por semana, se les arman las camas, tienen medias sombras. "Se los trata de cuidar lo mayor posible", dijo Keisy.
A su vez, realizan una lechería de precisión: recogen datos y diversas estadísticas, desde la cantidad de grasa de la leche hasta la rumia de cada una de nuestras vacas y su condición corporal, para cuidarlas de la mejor manera.
Además, la empresa cuenta con un sistema de efluentes que evita la contaminación ambiental, dividiendo el sólido y el líquido de la materia fecal, y utiliza el subproducto como biofertilizante para los cultivos que produce.
Fábrica
La industria de la familia comenzó a funcionar en 1999. La alquilaron junto a otro tambero pero luego se separaron y ahora la maneja íntegramente la familia. Y el objetivo en un futuro es poder construirla en su campo.
En la planta procesan 40.000 litros diarios de leche entre propia y de terceros. La firma tiene tres marcas y los productos que elaboran -quesos, blandos y duros, dulce de leche, leche en polvo, entre otros- los venden en supermercados de Córdoba. w
FUENTE: clarin.com