La Bioquímica María Laura Catelli, oriunda de nuestra localidad, es una de las integrantes del Equipo Argentino de Antropólogos Forenses postulados para el Premio Nobel de La Paz.

En declaraciones en Radio Línea dijo: “El EAAF (Equipo Argentino de Antropólogos Foreneses) es una Organización Científica no Gubernamental que tiene ya 35 años de trayectoria. A esta organización la conformó un equipo de antropólogos que tienen sede en Buenos Aires y el Laboratorio de genética forense, que es donde yo trabajo, está en la ciudad de Córdoba. Nuestra postulación al Premio Nobel de la Paz la hizo la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y el Concejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Tal postulación fue aceptada y se hizo por la trayectoria que tiene esta ONG”.

CREACIÓN DEL LABORATORIO PROPIO

La creación de un Laboratorio surgió por necesidad. En Córdoba se habían exhumado cadáveres en el cementerio de San Vicente de una fosa común que serían cuerpos de desaparecidos de la última dictadura militar (1976-1983). A partir de eso se creó un perfil genético a través del análisis de huesos.

Anteriormente las identificaciones se hacían a través de una investigación histórica y el análisis de los cuerpos en materia antropológica. Pero muchas veces se necesitaba una confirmación con un análisis genético y los casos se enviaban a laboratorios extranjeros. Pero a partir del aumento de las exhumaciones que se hicieron en el país surgió la necesidad de instalar un laboratorio propio.

Los primeros casos que debió tomar este laboratorio fue el de San Vicente donde lograron un resultado positivo en cuanto a la obtención de un perfil genético a través de una muestra de huesos: “En definitiva eso era lo más complicado. Porque los huesos estaban en la tierra y extraer el perfil de una muestra de esas características es más complicado que de una muestra de sangre o saliva de una persona. Fuimos mejorando la técnica para obtener resultados de restos óseos y esa es nuestra mejor propaganda”, explicó”.

EL CASO MALVINAS

Un trabajo muy importante y significativo fue el reconocimiento del 90% de los casos de cuerpos de soldados de Malvinas: “El equipo de antropólogos fue al cementerio de Darwin en donde tomaron las muestras de las tumbas de manera individual, se exhumaron cadáveres, se tomaron las muestras óseas para el laboratorio y se volvieron a inhumar los retos. En el laboratorio de Córdoba se recibieron las muestras óseas de los esqueletos y las muestras de los familiares reclamantes. Se obtuvieron los perfiles genéticos de ambos tipos de muestras y se hicieron las comparaciones: “En el Caso Malvinas tuvimos alguna ventaja. Al estar en un tipo de clima tan frío y seco los huesos estaban bien conservados lo que nos permitió conseguir perfiles genéticos de buena calidad. Y al tratarse de grupos medianamente cerrados nos permitió una investigación menos complicada para determinar la compatibilidad de los familiares con los soldados. En Argentina estamos acostumbrados a trabajar con víctimas de la última dictadura en donde los grupos son más abiertos y a veces no hay ninguna hipótesis del caso con lo cual se requiere una investigación antropológica previa más exhaustiva. En el caso Malvinas había más de 100 cuerpos sin identificar y se logró la identificación de la mayoría. Restan muy pocos que aún permanecen como NN. Incluso estamos por recibir muestras de dos familias que habían quedado pendientes. Pero por suerte el 90% de los cuerpos están identificados”, explicó Catelli.

UN TRABAJO CIENTPIFICO CON COMPROMISO SOCIAL

También dijo que más allá del trabajo científico que realizan ellos sienten una gran satisfacción cuando se logra el objetivo de la identificación de un cadáver ya que sienten que ayudan a cerrar un proceso en las familias. Aunque aclaró también que quienes tienen el contacto con los familiares son los antropólogos ya que a ellos se acercan los familiares que requieren la investigación. En el laboratorio se realiza prácticamente todo el trabajo científico.

En el año 2017 se comenzó a diagramar el proyecto de investigación para la identificación de los soldados de Malvinas y ya en el año 2018 se identificaron a la mayoría de los cuerpos. Fue un proceso relativamente corto para la espera que llevaban las familias de los soldados.

Entre julio y agosto de 2017 el laboratorio recibió las muestras y en noviembre ya se habían identificado a 90 soldados. Al ver los resultados positivos aquellas familias que desconfiaban un poco del trabajo finalmente decidieron acercarse a la ONG a dejar su muestra de sangre y en 2018 y 2019 continuaron las identificaciones –que fueron unas 15 más-.

EL PROCEDIMIENTO

En el laboratorio de Córdoba se reciben los restos o muestras óseas y se les extrae el ADN y de él se analizan ciertos genes que tienen importancia para la identificación de un ser humano. Es decir, si ciertas personas comparten esos genes pueden significar cierto grado de parentesco. El objetivo principal del equipo de profesionales del laboratorio es que ese ADN sea de la mejor calidad posible.

María Laura explicó: “En una gota de sangre hay mucho ADN. En cambio en un gramo de hueso la cantidad de ADN es mucho menor. Y si la persona de la que se extrajo la muestra ósea tiene 35 o 40 años de fallecida la calidad del ADN suele ser muy mala y requiere de mucho más esfuerzo por parte de los profesionales. También el perfil genético obtenido depende del lugar de donde proviene la muestra ósea. En el mencionado caso de Malvinas resultó menos complejo que otros casos por el tema del clima –frío y seco- que permitieron una mejor conservación de los huesos. A medida que pasan los años y ganamos en experiencia vamos modificando el protocolo. En un primer momento era manual el procedimiento –por ejemplo, rompíamos los dientes con un mortero hasta reducirlos a polvo-. Ahora usamos nitrógeno líquido que congela la muestra y los dientes quedan hechos un talco y eso favorece que sea un mejor proceso de extracción de ADN. Y en cada etapa hemos ido actualizando los protocolos”, explicó.

Los familiares de víctimas de crímenes de lesa humanidad de distintas partes del mundo eligen a este Equipo Argentino de Antropólogos Forenses por el trato que tienen con las familias. Le dan mucha importancia a cada caso sin tratarlo como un número sino como un hecho social. Por eso generan una relación de confianza con los familiares que ha trascendido las fronteras de nuestro país. Se ha trabajado con gente de El Salvador, México, Honduras, Guatemala y de distintos países del mundo. Los familiares al no encontrar respuestas en su país acuden a este Equipo Argentino reconocido por su calidad humana.

En el laboratorio en donde trabaja María Laura Catelli también cumplen funciones el Dr. Carlos Vullo, Director; Bqca. Magdalena Romero;  Bqca. Carola Romanini; Secretaria Mercedes Trioni; Bqca. Andrea Rocha; Bqco. Martína Rotondo y Bqca. Micaela Longaray.