Paul Viva, el dueño de Seky, el perro que murió a causa de un palazo en la cabeza, manifestó que se vio sorprendido por el accionar de Claudio Fuentes, el agresor, con el que no mantiene ningún tipo de relación más que el saludo. Describió la situación que vivió junto a su familia como muy dolorosa ante la impotencia de saber que era poco lo que podían hacer con su mascota: “No tuvimos ningún problema con él. Si me hubiera dicho que el perro lo había mordido a su hijo yo hubiera tomado los recaudos necesarios para que no volviera a ocurrir. A las 11 y media, doce menos cuarto del mediodía, él ingresó sin permiso a mi casa y le dio en la cabeza a mi perro con el mango de una pala. No tuvimos tiempo a reaccionar y mi mujer junto a mis hijos observaron todo por la ventana. Yo estaba en el patio de atrás alimentando otros dos perritos que tengo y solo escuché el ruido del palazo y los gritos desesperados de Seki que estaba durmiendo al momento de la agresión. Le pregunté qué es lo que pasaba y empezó a gritar que mi perro había mordido por tercera vez a su hijo mientras subía a su moto con el niño y se fueron. El nene de él va con el mío a la escuela, nos conocemos de la calle y las veces que nos hemos cruzado nuestra relación no pasó más allá del saludo; hola, qué tal, cómo andás y eso es todo. Nunca tuvimos ningún problema, sostengo que es muy rara la forma en que actuó. Seki era un perro mestizo manto negro criado desde hace unos diez años. Nosotros nos hicimos cargo de siete perritos que quedaron sin madre al nacer, entre ellos Seki; le pusimos así porque le dábamos la mamadera y el único que quedaba siempre sequito era él. Cuando los cachorritos comenzaron a comer solos la gente del Hogar Colitas los ubicó en distintas familias y nosotros nos quedamos con Seki”, contó.

Paul es empleado de EPEC en Monte Maíz y todos los mese sale a tomar el estado de los medidores por todo el pueblo de manera que tiene experiencia en el contacto con los perros en las calles y en domicilios particulares. Consultado sobre la agresividad de su perro dijo: “Yo nunca tuve una queja de alguien que lo haya mordido pero si sé que él salía y toreaba a la gente. Hubo una vez una persona que me habló por eso pero le amagaba a pegar y eso lo ponía nervioso al perro; entonces yo le dije que lo dejara que no le amagara para que el perro no lo atacara. Muchas veces los chicos que pasaban lo provocaban y por eso el perro los encaraba pero no los mordía”, explicó.

El perro fue atendido por el Médico Veterinario Leo Piñero quien inmediatamente tomó cartas en el asunto: “Cuando este hombre se va mi mujer estaba desesperada por el estado en que quedó el animal, temblaba, estaba en estado de shock; yo fui a buscar al veterinario que enseguida lo atendió. Mientras tanto este hombre se fue y el ejemplo que le dio a su hijo es el de saber cómo se mata un perro. Fue un día de larga agonía, nosotros estuvimos casi sin dormir cuidándolo pero en realidad queríamos que esto se termine; que se recuperara pronto o que se muriera para que no sufra. Es una situación de mucha impotencia porque no se puede hacer nada y si no estás frío podés cometer una locura. Lo cuidábamos a Seki durante la noche porque se azotaba la cabeza. Él quedó con un hematoma muy grande en el lugar del golpe y se le aplicaron antibióticos y calmantes pero no pudo resistir el dolor provocado por la lesión. Sufrió y sufrimos mucho. Yo hice la denuncia en la Policía, conté con detalles como sucedieron las cosas así que ahora está en manos de la justicia. Yo me pregunto qué habría pasado si el perro estaba con mis hijos, podría haber sido un ataque mucho más grave”, explicó.

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